Haec perfidis Iudaeis

Ecce Homo by Antonio Ciseri c. 1880

Resumen:

Durante siglos, la idea de que los judíos son un pueblo maldito o despreciado por Dios, ha dado pie a que se generen doctrinas religiosas y políticas que busquen su destrucción, aislamiento o exilio. Con el paso del tiempo la idea contra el pueblo hebreo se institucionalizó en dogmas eclesiásticos y prácticas de diferentes matices que darían con persecuciones y asesinato de individuos y comunidades hebreas en diferentes partes del mundo, principalmente del mundo cristiano.

Conforme la sociedad fue dejando atrás el oscurantismo de la época dominada por los religiosos y pudieron tener acceso por sí mismos al conocimiento de las interpretaciones bíblicas, pero algunos elementos de odio contra los judíos se transmitió de forma heredada, y la desconfianza pasaba del plano religioso, a temas sociales, políticos y económicos. Muchos de los cuales se convirtieron en libelos de generaciones, que se convirtieron en textos de conspiración hebrea y que motivaron políticas contra los judíos en diferentes lugares.

En la actualidad, los libelos y doctrinas evolucionadas del concepto de pueblo rechazado, se ha trasladado a las acciones políticas ejercidas por el Estado de Israel, y cualquier circunstancia que ocurra en esa zona despertará de nuevo los conceptos antiguos de odio judío, retransmitidos con otras caras en un desprecio hacia políticas contra los israelíes.

Palabras clave: Antisemitismo, Judeofobia, Libelos de sangre, Perfidia, Misal, Semana Santa.

Ahora que estamos cerca de la “Semana Santa” cristiana, se me ha venido a la mente un rezo de la misa tridentina o misa de San Pío V (1504 – 1572), utilizado hasta el Concilio Vaticano II (1959) sobre el oficio vespertino de “viernes santo” que expresaba lo siguiente según una traducción libre del latín:

Oremos también por los pérfidos judíos para que Dios quite el velo de sus corazones, a fin de que reconozcan con nosotros a Jesucristo Nuestro Señor.

Oremos. Nos ponemos de rodillas. De pie.

Omnipotente y sempiterno Dios, que no excluyes de Tu Misericordia ni aún a los pérfidos judíos: oye los ruegos que te dirigimos por la ceguedad de aquel pueblo, para que reconociendo la luz de Tu verdad, que es Jesucristo, salgan de sus tinieblas. Por el mismo Dios y Señor Nuestro…”

Este rezo se descontinuó gracias a la gestión del papa lombardo Pablo VI (1897 – 1978), quien realizó un nuevo misal y modificó el texto acorde al comienzo de un dialogo interreligioso que inició Juan XXIII en el cual se dejaba atrás siglos de persecución contra los judíos los cuales habrían sido acusados de ser un pueblo deicida, en su nuevo texto cambia radicalmente el enfoque y da un discurso más amistoso entre ambas doctrinas religiosas.

…Oremos por el pueblo judío, el primero a quien Dios habló desde antiguo por los profetas. Para que el Señor acreciente en ellos el amor de su nombre y la fidelidad a la alianza (que selló con sus padres).

Oremos. Nos ponemos de rodillas. De pie.

Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y su descendencia, escucha con piedad las súplicas de tu Iglesia, para que el pueblo de la primera alianza (de la primera adquisición) llegue a conseguir en plenitud la redención (merezca llegar a la plenitud de la redención). Por nuestro Señor. Amén…”

Finalmente la última variable de este texto fue la realizada por el Papa Benedicto XVI (1928), denominado Misal “Neo – tridentino”, que si bien no menciona argumentos de perfidia y de rechazo divino a los judíos retoma el carácter proselitista y de deseos de conversión de los judíos al cristianismo, el texto reza lo siguiente:

“…Oremos también por los judíos Para que nuestro Dios y Señor ilumine sus corazones, para que reconozcan a Jesucristo salvador de todos los hombres.

Oremos. Nos ponemos de rodillas. De pie.

Dios omnipotente y eterno, que quieres que todos los hombres se salven y alcancen el conocimiento de la verdad que procede de Ti, concede por tu bondad que la plenitud de los pueblos entre en tu Iglesia y todo Israel sea salvado. Por Cristo nuestro Señor, Amén…”

Las referencias anteriores a los misales tridentinos, de Pablo VI y neo tridentino, muestran el alcance de las posiciones referentes al judaísmo que durante siglos les achacaron el haber sido los responsables del asesinato de “Dios”, principalmente institucionalizado después del año 313 de esta era, cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano, y teologías como la del deicidio y del reemplazo comenzaron a tomar fuerza siendo extendidas por los clérigos quienes además de poder religioso, ejercían fuerte influencia política, siendo personas letradas manipulaban con sus textos a la población plana quienes eran personas indoctas, iletradas y manipuladas por el poder y corrupción de líderes eclesiásticos.

Estos conceptos se mantuvieron vigentes a través del tiempo, Martín Lutero (1483 – 1546), a pesar de romper con ciertas doctrinas de la iglesia romana, mantuvo posturas de anti judaísmo evidentes, así lo declaraba en su libro “Sobre los judíos y sus mentiras” (1543)

…Los judíos son pequeños diablos condenados al infierno tal vez los cristianos delicados y blandos de corazón creerán que soy demasiado drástico y riguroso contra los pobres, afligidos judíos, y crean que los ridiculizo y los trato con mucho sarcasmo. Por mis palabras, soy demasiado débil para ser capaz de ridiculizar tan satánicos engendros…”

Los libelos de sangre

Basados en el odio dogmático contra el judaísmo que es muy histórico, se desarrollaron una serie de libelos en su contra con los cuales se justificaron persecuciones, agresiones, asesinatos y demás. Se razonaba que si los judíos habían sido capaces de asesinar a la propia esencia de lo divino, no tendrían reparos en hacerlo contra otros grupos, en especial si existía alguna motivación ritual en este tipo de acto.

Por ejemplo el I Siglo, Apión de Grecia acusaba a los judíos de asesinatos rituales en el templo de Jerusalén para insultar a la “estirpe griega”, algo refutado por Flavio Josefo en una de sus obras.

En varios sectores de Europa desde la Edad Media y hacia adelante, los libelos de sangre estuvieron vigentes y las acusaciones ante cualquier muerte o desaparición de personas principalmente niños los ojos giraban en torno a pueblos o colectivos judíos. La principal acusación contra las comunidades hebreas por las cuales realizaban estos asesinatos rituales, era la necesidad de utilizar sangre de inocente con el cual prepararían el pan ázimo (matza) para la pascua.

Las historias tienen un mismo patrón de comportamiento por parte de los perseguidores de los judíos y destacan historias “mágicas” que ocurrían cuando encontraban el cadáver del asesinado. Casos como Dominguito de Val (Zaragoza, 1250), Hugh de Lincoln (Lincoln Inglaterra, 1255), El Santo Niño de la Guardia (Toledo, 1491), entre otros de ese mismo período y llegando hasta las propias entrañas del siglo XX como el Pogrom de Kielce (1946) iniciado por una acusación de libelo.

Con el transcurrir de los años la doctrina del “deicidio”, del rechazo de Dios para con el pueblo de Israel y de libelos, se han enviado en cierto modo al congelador, lo que no quiere decir que no tengan otras características o ramificaciones de corte político ajustadas a un tema de dominio de masas o de destrucción de otros grupos o religiones.

El judío no como individuo sino como “Unidad”

Cuando se hace referencia a que el deicidio y la teología de la sustitución ha mermado en su apoyo generalizado como doctrina, esto no quiere decir que los prejuicios que originaron estos pensamientos, no sigan siendo aspectos vigentes para quienes necesitan del judío como un elemento de acusación.

En algunos países por ejemplo, cuando las empresas son dirigidas por judíos y ocurre alguna anomalía, el público hará énfasis en la judeidad del o los individuos. Por ejemplo, en Costa Rica el 15 de marzo la Policía de Control Fiscal (PCF) allanó la agencia VETRASA quienes son los representantes de algunas marcas de vehículos extranjeros en el país.

Cuando la noticia comenzó a circular en redes sociales, algunos de los comentarios que surgieron fue decir que “todos los judíos son estafadores” o que de seguro “todos tienen negocios oscuros”.

Situación similar cuando la empresa Yanber, cuyo propietario es el señor Samuel Yankelewitz, decidió por un asunto de costos movilizar parte de su operación hacia Nicaragua, algunos argumentaban que se trata de ese espíritu de usura y de no querer perder su capital lo que impulsó a esta gente dejar sin trabajo a ciudadanos costarricenses.

Fuera de las fronteras costarricenses, en casos de corrupción en Estados Unidos contra rabinos, los comentarios generalizados atacan a todos los judíos de tener dicho comportamiento, es un elemento heredado de los libelos de la Edad Media y transmitidos por el odio de carácter religioso contra dicha agrupación. Sentimiento que alimentó otras desconfianzas en cuanto al manejo de las finanzas, el comercio y otras actividades que no les fueron vetadas a los judíos durante esa época. Finalmente si los judíos se atrevieron a asesinar a Dios, qué otras cosas no serían capaces de hacer contra los simples mortales.

El judío pues en estas acusaciones no es visto con el nombre de quien cometió el delito, error u omisión, sino que la etiqueta de “judío” involucra a la masa completa de miembros de dicho pueblo, el error de uno recae sobre los hombros de los demás en una interpretación radical del texto atribuido a Mateo Leví; Evangelio de Mateo (Año 90 Era Actual) en su capítulo 27, verso 25, donde la carga de la muerte de Jesús, condenado por un auto expiado procurador Poncio Pilatos (lavado de manos), sería sobre los judíos (contemporáneos de Jesús) y sus hijos (descendientes de los judíos).

La acusación contra el otro, en muchas sociedades se da, pasa con los extranjeros en las expresiones xenofóbicas, o en la desconfianza que despiertan ciertos grupos en concreto dentro de un país. Pero el caso de los judíos es particularmente antiguo y obedece a un prejuicio de carácter religioso con una acusación sencillamente grave la cual para poder ser aplacada deberían pasar el doble del tiempo que fue popular entre los grupos sociales practicantes del cristianismo.

Algunas tradiciones y creencias antisemitas de Semana Santa

La semana santa cristiana, que en ocasiones coincide con el Pesaj hebreo, tiene tradiciones de siglos en algunos lugares, cargadas de altos matices de judeofobia o un trasfondo histórico de persecución y odio contra los judíos.

Algunas imágenes antiguas del “santo Vía crucis” tiene representaciones de soldados con fuertes aires semíticos (nariz aguileña, ojos saltones), enfocando la culpabilidad de la muerte de Jesús obviamente en el pueblo judío, restando cualquier responsabilidad en los ocupantes romanos que dirigían las vidas de los judíos a su gusto y paciencia.

La quema de Judas de sábado santo por la noche, tiene características antisemitas por sí misma. Comenzando por el propio nombre del personaje “Judas” cuya traducción proviene del hebreo “Judá” que además es la referencia más cercana a los “judíos”, usando por supuesto el texto de la traición de este personaje y su posterior autodestrucción, a una carga sobre todos los miembros de Judá que no aceptaron su mensaje.

De lo anterior, la gran diferencia entre el Judá de Keriot (Judas el Iscariote) y Judá el Valiente (Judas Tadeo) demuestra los dos tipos de judíos de la época, los que rechazaron a Jesús (el Iscariote) y los que lo aceptaron a pesar de todo (el Tadeo). La destrucción del primero (representado en su quema la noche anterior a la celebración del “Resucitado”) es motivada por todos los que como el segundo aceptaron el mensaje redentor de Jesús de Nazaret (Yeshu Ha Notzri) recopilado en los textos neotestamentarios que se terminaron de establecer tres siglos después más o menos de su desaparición física.

En España, en León, existe una tradición de ir a “matar judíos” en la Semana Santa, que se trata de una tradición de beber vino con limonada, una actividad que no tiene que ver en la actualidad con la acción propiamente de ir a asesinar miembros de las colectividades judías, pero que supuestamente tiene su origen en un enfrentamiento de Suero y Pedro de Quiñones en 1449 contra las poblaciones judías de la zona, quienes eran protegidos del Rey Juan II de Castilla. Ingresaron y saquearon la aljama, de donde puede venir el origen de dicha “celebración”, donde de todas maneras en esa época los judíos eran culpados como chivos expiatorios de cualquier guerra, peste, hambruna o mal de las regiones.

Los hondureños, en la región del “Carreto”, se acostumbra en Semana Santa realizar la “Fiesta de los Judíos”, donde todo el pueblo se exalta al grito de: “¡Allí vienen los judíos!”, refiriéndose a hombres disfrazados con ropas viejas, palos, máscaras típicas que van por las casas pidiendo dinero y asustando a los transeúntes que esté cerca.

La aparición del “Judío errante” en algunas procesiones de “viernes santo” en México o en Colombia, destacan, junto con el Cirineo en dos personajes del folclore que no han desaparecido del inconsciente colectivo de ciertas poblaciones. La historia del personaje errante fue que le negó un poco de agua a Jesús en su camino al calvario por lo que Dios lo condenó a errar hasta su retorno (muy ligado al tema de la diáspora hebrea).

Y como estas hay otras tradiciones que tienen un corte antisemita de la época, aunque se realicen de forma “inocente” y sin las intenciones iniciales, lo cierto es que esa transmisión cultural provoca un efecto en el psique popular, y marca prejuicios, hasta para aquellos que nunca han visto a un judío más allá que los de las imágenes de la iglesia o los de las películas en semana santa.

El libelo antisemita en el Islam

La Sura “Las Mujeres” (An – Nisaa) 4:154 – 158:

…Levantamos la montaña por encima de ellos en señal de pacto con ellos y les dijimos: «¡Prosternaos al entrar por la puerta!» Y les dijimos: «¡No violéis el sábado!» Y concertamos con ellos un pacto solemne… por haber violado su pacto, por no haber creído en los signos de Alá, por haber matado a los profetas sin justificación y por haber dicho: «Nuestros corazones están incircuncisos». ¡No! Alá los ha sellado por su incredulidad, de modo que tienen fe, pero poca…por su incredulidad por haber proferido contra María una enorme calumnia, y por haber dicho: «Hemos dado muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el enviado de Alá», siendo así que no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él, dudan. No tienen conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero, ciertamente no le mataron, sino que Alá lo elevó a Sí. Alá es poderoso, sabio…”

En las crónicas de algunas Suras coránicas, principalmente de Medina, Dios rechaza a los judíos por su desobediencia y rompe su pacto con ellos, por lo tanto la nueva revelación divina en el profeta Mahoma viene a solventar este vacío de un pueblo fiel y a sustituirlo por uno que se mantiene firme en la fe.

Sura La Familia de Imran (Al – Imran) 3:112

…Han sido humillados dondequiera que se ha dado con ellos, excepto los protegidos por un pacto con Alá o por un pacto con los hombres. Han incurrido en la ira de Alá y les ha señalado la miseria. Por no haber creído en los signos de Alá y por haber matado a los profetas sin justificación. Por haber desobedecido y violado la ley…”

Basado también en estos textos, las poblaciones judías fueron convertidas en ciudadanos dhimmis de los lugares administrados por musulmanes, donde se les exigía por la norma islámica (sharia) ciertos comportamientos que no contradijeran lo que el Corán había dispuesto para los judíos buenos, recordando que quienes hayan obrado correctamente tendrían su recompensa en el mundo venidero (Sura 2:62).

Con el paso de los años, el antisemitismo y los libelos occidentales contagiaron en cierto modo a las comunidades islámicas. Por ejemplo, el libro de los Protocolos de los Sabios de Sión se han traducido al árabe, farsi y al turco, lenguajes de las más importantes comunidades musulmanas del mundo.

En 1840, en Damasco un padre llamado Tomás y su sirviente fueron asesinados, y se acusó a miembros de la comunidad judía después de torturarlos para hacerlos confesar. También en Siria en el año 1983, Mustafá Tlass escribe un libro basado en la historia del padre Tomás y de los Protocolos y lo llamó “La Matza de Sión”.

Para el 2008 el maestro de la mezquita de Al Aqsa (Jerusalén) utilizaba el viejo libelo de que los judíos buscaban destruir las mezquitas de la explanada, muy difundido por el Mufti Hajj Amin Al-Husseini (1897 – 1974) para exacerbar los ánimos de los árabes contra los judíos en la época de las revueltas árabes de 1929.

Tres años antes de este hecho, el Dr. Hasan Hanizadeh de Irán argumentaba que en 1883, unos 150 niños franceses fueron asesinados en los suburbios de París, justo antes de la festividad de Pesaj.

Los pérfidos sionistas

Otros libelos esparcidos entre el mundo islámico mezclan sus situaciones internas con textos de los Protocolos de Serguei Nilus (1862 – 1929). Por ejemplo las referencias sobre los judíos involucrados en la Revolución Francesa de la carta fundacional del Hamas o el robo de órganos de palestinos por parte de Israel para negocios, o de la sangre de niños palestinos o cristianos para hacer matza.

Cualquier acción perpetrada por Israel contra los palestinos o de acciones militares en contra de agrupaciones como Hamas, Hezbollah, entre otros, son asociados en alguna forma a los libelos de sangre. Riad Mansur, embajador de la Autoridad Nacional Palestina ante las Naciones Unidas, acusaba en noviembre de 2015 que los israelíes robaban los órganos de cadáveres palestinos que morían en sus enfrentamientos contra soldados hebreos, una repetición exacta de cualquier historia antisemita tomada de los libros judeofóbicos de siglos anteriores.

Para atizar el fuego de este libelo, en los años 2013 – 2014 se había desmantelado redes de tráficos de órganos con médicos y clientes israelíes de por medio, lo que impulsaría el prejuicio como si se tratara de algo generalizado de todos los israelíes.

La propaganda pro palestina además, en las últimas tres décadas al menos, han hecho una mención sobre la figura de Jesús como un miembro honorario de la comunidad palestina, el cual de haber nacido en esta época sufriría la persecución y flagelo de la ocupación sionista, y si pudieron intentar asesinarlo en el tiempo que estuvo sobre la tierra con mucha más razón ahora contemplando el poderío militar de los israelíes. Para los propagandistas, los sanguinarios y pérfidos sionistas habrían acabado con él, su familia y su hogar.