La tercera década del siglo XXI

Cuando se está en las últimas horas para que termine un año, generalmente comienza un período de introspección, para otros de arrepentimiento y no se descartan aquellos que sufren de depresión, ansiedad y otras enfermedades que con el cambio de año sienten mucha más presión en su interior.

Sin embargo, de todas las ideas que surgen la que más efecto placebo genera es la noción que con el inicio de un nuevo calendario se dará casi un reseteo automático a todo lo que ocurría en el año que se deja atrás; principalmente lo malo por supuesto y para muchos terminar este 2020 le hace tener esperanzas en que el 2021 pueda ser “su año” y mejoren las cosas de como se encuentran hasta este momento.

No es mi intención bajonear a todos los que sienten esta esperanza tan conmovedora, pero he convertido en costumbre dedicar unas líneas al cierre de cada calendario para posteriormente mencionar lo que para mi es el núcleo de las cosas.

En primer lugar, que el reseteo deseado no existe, aunque esto ya lo sepamos, pero es bueno tomarlo en consideración, pero si estamos pasando por un asunto apremiante o si estamos en medio de una situación que requiere tomar decisiones serias de nuestra parte, el 1ero de enero del siguiente año seguirá exactamente igual que como lo dejamos si no se está haciendo algo distinto.

Una frase que aparece mucho para esta época es “no es el año quien debe cambiar sino lo que haces” más que un conjunto de palabras casi trilladas es la realidad, todo lo que estamos viviendo para modificarse necesita que apostemos por nuevas fórmulas, incluyendo en algunos casos una que parece sencilla, pero es difícil de tomar, la de cambiar nuestra actitud frente a lo que nos ocurre.

No se si salvo por el tema de la pandemia que nos ha desubicado un poco deberíamos pensar que el año en sí ha transcurrido como pasan otros, hubo conflictos mundiales por diversos temas relacionados con el ejercicio del poder entre gobiernos, murieron personas importantes para la opinión pública, han existido crisis políticas en diferentes países, groseras circunstancias económicas que han golpeado la vida de millones de personas, conflictos y tensiones de carácter militar, etc.

Es obvio que se pueden destacar algunos sucesos como históricos o impactantes a nivel global, pero sencillamente hay que determinarlos como lo que fueron hechos que cambiaron la realidad en su momento y la respuesta posterior a los hechos ha sido también una sucesión de reacciones que tendrán algún tipo de influencia y marcarán en su momento, no dista en su momento de lo que se revisaba al cerrar el 2019, y muy probablemente sea un mismo examen de conciencia que se aplique desde antes que yo naciera en 1982.

Por supuesto que hay hechos que generan un impacto a lo largo del tiempo de una forma más evidente, porque no todo afecta de igual manera, y es ese el análisis constante que debemos mantener hasta que se agoten las repercusiones del hecho o hasta que una de mayor trascendencia rompa con este.

No voy a desmerecer los buenos deseos para un 2021 fructífero para todos; faltaba más, pero más allá de desear lo mejor para todos, es imperativo que trabajemos por ese mundo que deseamos sea más equitativo y bondadoso para todos, no solo desearlo.

Llegamos a la tercera década del siglo XXI, y si algo ha dejado en evidencia la pandemia del COVID19 es el comportamiento egoísta, dañino y la poca empatía que regularmente tenemos con los demás, comportamiento promovido tanto por sujetos como por los medios formales e informales; en especial redes sociales.

El mundo tiene retos importantes, tanto a nivel estructural por el manejo de las fuerzas que detentan el poder mundial, como por el comportamiento de los individuos y su forma de convivir.

De la mano de los sobrevalorados “Objetivos de Desarrollo Sostenible”; también llamada Agenda 2030 se pretende llegar a un mundo más equitativo, más respetuoso del medio ambiente, en búsqueda de la paz global y aprendiendo a aceptarnos los unos a los otros.

Pero si se mantiene la actitud que como sociedad se ha acostumbrado durante estas dos décadas del siglo, la que sigue no tiene oportunidad de evolucionar, sino que seguiremos en la ruta al individualismo y las acciones egoístas.

Por supuesto que el 2021 puede ser el inicio de algo bueno para todos, pero es a través del trabajo como individuos y sociedad que se logra, y primordialmente empeñados en que estos cambios sean reales.

Maradona, el mito, el hombre y la bestia…

Tuvo sus facetas como muchos, vino de una familia humilde e hizo del fútbol su forma de sacarlos adelante, fue un mago del balón, pero también tuvo importantes yerros que no se pueden pasar de lejos jamás. Un adicto empedernido, violento, misógino, y un largo y negro etcétera que tendríamos que ser muy ciegos para obviarlo u omitirlo.


Será cierto eso que todos tenemos oscuros secretos que el hecho de no ser famosos no levantan la suspicacia ni la lapidaria condena de la opinión pública, pero definitivamente que el historial de Maradona no da para resaltar solamente los atributos que como futbolista en algún momento tuvo, yo tuve el «privilegio» de ver la figura que fue en la cancha, pero otros tuvieron el desagrado de conocer al oscuro ser que vino junto con sus adicciones y egos.


Dio alegrías a unos y horrores a otros, políticamente tuvo sus turbias afiliaciones y declaraciones en ocasiones nada agradables.


Para algunos seguía siendo el mito, un analista y referente del fútbol mundial, una especie de dios. Para otros su profana imagen le sacó del Olimpo (robándome algunas frases de Galeano sobre Maradonna) y pasó a ser un fantoche que se había transformado en un payaso para entretener el morbo de una parte de la opinión pública que seguía con detalle cada una de sus salidas y arrebatos.


Hoy se puede decir que todos se fueron juntos, murió la leyenda futbolista, el mito, pero también murió el monstruo, sucumbió el hombre y fue adormecida para siempre la bestia.


Su recuerdo no pasará desapercibido, de él se hablará por mucho tiempo más, y para quienes sufrieron por la «mano de dios», al menos se retribuye un poco de justicia ante la muerte; ese juez implacable del que ninguno de nosotros escapa.

Afectaciones y proyecciones económicas en algunos países del Medio Oriente y el Norte de África post pandemia del COVID19

Por Bryan Acuña Obando (Analista Internacional)

El economista libanés, Jihad Azour quien es el director del FMI para Oriente Medio y Asia Central mencionó para la cadena CNBC que hay altas vulnerabilidades en ciertos países, particularmente los que poseen altos niveles de desempleo y bajo crecimiento económico.

También Azour señaló la posibilidad que se dieran disturbios entre las poblaciones por situaciones duales entre la pandemia y el desplome de precios del petróleo.

Mencionar algunos casos puntuales como Líbano que es uno de los más delicados en el que se proyecta que su economía se contraiga hasta en -12.7% de su PIB, así como una proyección de desplome mucho mayor en el 2021 de hasta -14.1% según lo analizaron los expertos de Nordea Trade en Finlandia.

Sumado a lo anterior, la lira libanesa se ha depreciado cerca del 50% con respecto al dólar estadounidense y un bajísimo costo con respecto a otras monedas como el Euro y el Yuan. Por su parte el sistema bancario libanés impuso controles informales de capital que han impidido transferencias y restringe el retiro de efectivo en dólares, esto genera desconfianza en la banca libanesa.

El Líbano además tiene una diáspora grande en diversos lugares del mundo, quienes envían remesas al país y mantienen cierta movilidad económica. Ejemplo de esto hay que mencionar que, hasta el mes de julio del año 2019, las remesas totales para el año habían superado el máximo de las últimas dos décadas de US$3.5 mil millones hasta US$5.3 mil millones a finales del mes de setiembre, pero debido a la paralización de la región se espera una contracción en la cantidad de dinero que ingresará al país por medio de esta vía.

Otro país de la región importante de señalar económicamente durante esta pandemia es la República de Egipto. Según International Food Policy Research Institute (IFPRI) hay probabilidades que la pandemia tenga un costo económico significativo para este país. Cada mes que se mantengan activas las medidas para contrarrestar los efectos del COVID19, el IFPRI para Egipto sugiere que el PIB nacional podría caer entre 0.7% y 0.8% (£36 – 41 mil millones de libras egipcias equivalentes entre US$2.3- US$2.6 mil millones). Es probable que los ingresos de los hogares disminuyan siendo mayormente impactadas las poblaciones pobres.

Los ingresos familiares caerían entre £153 (US$ 9.70) y hasta £180 (US$ 11.40) en el escenario más grave, entre más tiempo se extienda la crisis se podría ver una disminución mensual de los hogares entre el 9% y el 10%, según la estimación de la IFPRI. El desplome del mercado turístico es quizás uno de los que más afectaciones generan a la economía egipcia.

También los ingresos producto de las remesas se verán afectados con al menos una caída entre el 10% y el 15% debido de la inactividad económica que sufre el mundo en general, y directamente asociado a la disminución en la demanda de ciudadanos egipcios para laborar en los mercados petroleros del Golfo donde anteriormente han tenido tanta demanda. A esto mencionado se debe considerar además el impacto de la disminución de los precios internacionales del petróleo después del acuerdo de recorte productiva firmado en el mes de abril 2020.

En este punto el FMI, espera que las exportaciones de petróleo disminuyan en más de US$250 mil millones en toda la región, donde ya el producto ha tenido una caída del 50% durante este 2020, el organismo espera que la economía de los Emiratos Árabes Unidos se contraiga en al menos 3,5%, mientras que Arabia Saudita disminuya un 2,3%.

El FMI también espera que los sectores no petroleros disminuyan en al menos 4% en 2020, viendo la necesidad que tienen en estos momentos de diversificar sus economías más allá de la dependencia estratégica que han tenido a lo largo de sus historias. Aun así, ambos países tienen reservas fuertes para poder absorber el impacto que producirá la recesión económica producida por la pandemia y los embates a la disminución de los ingresos por el COVID19.

Ampliando la perspectiva sobre estas economías petroleras, el crecimiento económico de Arabia Saudita se pronostica para el 2020 posterior a la disminución de la pandemia del 2.3%, con una contracción del PIB no petrolero en un 4% por ciento según detalló el 14 de abril anterior Gulf News.

Según la sociedad de inversiones saudita Jadwa Investment se espera que el déficit presupuestario de Arabia Saudita se amplíe a س.ر,229 mil millones (riyales sauditas), equivalentes a US$61 mil millones, que es casi el 8% por ciento del PIB, a raíz del brote de COVID y su impacto en la demanda mundial de petróleo. También sugiere que el déficit fiscal del país crecerá de los س.ر187 mil millones (6.4% del PIB), todo esto señalado en el sitio Arabian Business.

Según los datos recopilados por el medio Gulf News, se reporta que los Emiratos Árabes Unidos, proyecta una caída del crecimiento en el PIB real hasta los -3.5% durante este 2020 en comparación con el 1.3% por ciento registrado durante el 2019. A pesar de ese turbio panorama, se proyecta un crecimiento de 3.3% durante el año 2021 que ayude a mitigar la recesión ocasionada por el COVID19 en la economía regional, así como el impacto del sector productivo petrolero que golpea a todos los países exportadores.

En el caso iraní la pandemia ha debilitado aún más al Estado persa, las proyecciones económicas para este país son realmente dramáticas, se proyecta un desplome del PIB entre el 25% y hasta el 30% efecto del COVID19, duplicando el impacto neto de las sanciones durante el período de tiempo 2018-2020.

El efecto más determinante en materia de política exterior que puede tener esta contracción económica de la República Islámica podría estar determinada por una actividad menos beligerante en otras zonas de la región según mencionaría RAND Corporation; organización experta en políticas públicas con sede en los Estados Unidos. Algunos de estos territorios con una disminución en las actividades iraníes se pueden citar por ejemplo los casos de Irak, Siria, Yemen, Líbano y sus relaciones con grupos palestinos.

En cuanto al Estado de Israel este se ha visto significativamente afectado por la propagación mundial de COVID19. El gobierno ha implementado una serie de medidas para contener y mitigar la propagación del virus y para apoyar a las personas, empleos y negocios.

El país se encuentra metido de lleno como otros Estados en la búsqueda de innovaciones médicas que ayude a encontrar métodos de lucha contra el virus, recibiendo del gobierno al menos ₪22 millones en subvenciones para las empresas que están involucradas en esta labor, así como han recibido millones de dólares en donaciones privadas para las labores de combate contra los embates de la pandemia.

Mientras en los parámetros económicos, los israelíes implementaron procesos políticos claves a desde el 7 de abril de con un paquete tributario de emergencia que el parlamento aprobó   de   ₪80   mil   millones   de   nuevos   shekels (US$22   millones), siendo esto aproximadamente el 6.1% del PIB, incluyendo ₪11 mil millones para gastos de salud (poco más de US$3 millones).

Las proyecciones según The Economist es que el PIB real se contraerá un 2,3% en 2020 a medida que las interrupciones relacionadas con el coronavirus golpeen a Israel, ya la recuperación se espera sea lenta entre el período comprendido entre los años 2021 hasta el 2024.

Por su parte la Autoridad Nacional Palestina en el momento de la pandemia, impuso restricciones importantes a las reuniones públicas y el movimiento civil, incluido el cierre de escuelas públicas y universidades y la cancelación de servicios congregacionales en iglesias y mezquitas. Además, cualquier persona que ingrese al país a través del paso de Allenby se le obligó a realizar una cuarentena de 14 días.

Respecto al tema económico, se esperaba que el PIB en Palestina alcanzara los US$16 mil millones de dólares para fines de 2020, de acuerdo con los modelos macro globales de Trading Economics y las expectativas de los analistas. A largo plazo, se proyectaba también que el PIB de Palestina tenga una tendencia de alrededor de US$16.70 mil millones de dólares en 2021 y US$17.00 mil millones de dólares en 2022, según los datos recopilados por los mismos analistas.

Sin embargo, la dependencia económica; principalmente de los palestinos en la Margen Occidental que trabajan con israelíes, deprimiría estos datos y generaría una tendencia hacia la baja. Los palestinos que migran hacia Israel a trabajar inyectan aproximadamente US$330 millones al mes en la economía palestina, entre el 15% y el 20% de los palestinos laboran en Israel o en los territorios disputados, principalmente en las áreas de construcción, ganando un salario de ₪227 (cerca a los US$65) que dobla el que recibirían si se quedaran trabajando en la Margen Occidental donde se encuentra el 30% de la fuerza laboral de los territorios palestinos.

Según la oficina de información del gobierno palestino (WAFA) a través del Primer Ministro Mohammad Shtayyeh, se estableció un fondo inicial de US$300 millones como parte de un plan de recuperación económica para las micro, pequeñas y medianas empresas que son las más afectadas por la crisis del coronavirus con el apoyo de fondos árabes e islámicos, plantean.

El Primer Ministro plantea que, pese a la recesión de este 2020, tienen la convicción que en 12 meses puedan recuperarse económicamente, además que han logrado un presupuesto de emergencia que les ayudará a palear el déficit de US$1.4 mil millones, así como un acercamiento con las autoridades israelíes para facilitar la transferencia de impuestos cobrados y otros recursos que ayude a mitigar el impacto económico de la pandemia.

Shtayyeh señaló que el gobierno ofrecería ayuda financiera urgente a unos 30.000 trabajadores palestinos que perdieron sus empleos después del brote de coronavirus, además de ₪137 millones (US$38,360.000) en pagos de subsidios sociales a 116.000 familias adicionales, incluidas 81.000 familias en la Franja de Gaza.

Finalmente es importante mencionar que la mayoría de las economías globales tendrán una contracción por el impacto de la pandemia que va desde el -5.2% de Japón hasta el -9.1% de Italia. Países potencias occidentales como Estados Unidos (-5.9%), Reino Unido (-6.5%), Alemania (-7.0%) y Francia (-7.2%) proyectan una contracción económica importante.

Pese a ese sombrío panorama, The World Economic Outloook (WEO) prevé que algunas economías de Asia emergente serán las únicas con una tasa de crecimiento positiva superior al 1% durante este 2020, aunque por debajo de los 5 puntos porcentuales de su promedio en la década anterior. China crecería al 1.2%, mientras que países como India (1.9%) e Indonesia (0.5%) están entre las economías con números positivos, no así Tailandia que tendrá una contracción de -6.7%.

Conclusiones generales:

La afectación en la economía global producto del COVID19 y el descalabro de los precios del petróleo se hacen evidentes, el mundo no queda sin repercusiones producto de esta circunstancia, sin embargo, todas las proyecciones que se hagan antes de levantar las medidas sanitarias contra la pandemia podrían ser consideradas “especulativas”.

No se están considerando otros factores que podrían inclinar aún más la balanza de la situación económica global además de la pandemia y el efecto de los hidrocarburos. Por ejemplo, la cada vez más pronunciada guerra comercial entre los Estados Unidos y la República Popular de China.

Tampoco se están considerando las medidas adoptadas por los Estados para recopilar información de sus ciudadanos a través de la Big Data que podría eventualmente considerarse un peligro a los esquemas democráticos y una excusa para ejercer medidas totalitarias bajo el supuesto de la protección ciudadana.

En todo este detalle solo se consideraron aspectos económicos y proyecciones basados en las últimas circunstancias abordadas por los gobiernos para intentar mitigar la contracción económica que se ha venido devengando.

Referencias

Syria and the extinction of Sykes – Picot agreement

The Sykes – Picot Agreement of 1916, shaped the Middle East as we have known it so far. The colonial partition between Great Britain and France, with the initial participation of the Russian Empire who finally fell out of the equation when the Tsarist regime fell under the Bolshevik revolution.

The split would ultimately overthrow the Arab nationalist ideals that involved such groups’ support against the Ottomans during the First World War, as the pledge of support included, giving them territories in the Middle East (with ambiguity as to the Jerusalem’s Sanjak and Regions of Historical Palestine) as well as in the Arabian Peninsula (excluding Aden). This led, during the Franco – British administration, instead of a great nation, to the revolts, to grant independence to territories by manufacturing new national identities based on regions with artificial borders, thus the Syrian, Iraqi, Lebanese, Transjordan, among others, came up as an identity fabrication among the groups that inhabited those areas.

A fundamental problem with these arbitrary divisions, established by colonial interests themselves, was the heterogeneous demographic composition of the regions, which involved tribes and villages with deep religious differences, ruled by minority, dictatorial leaders, protected by a strong military arm.

A Sunni-ruled Shiite majority or vice versa is not a minor element inside the conflict. For example, during Saddam Hussein’s 1991 term, Shiite groups revolted against him. Another example was the Assad government since the 1970s in Syria, which, while guaranteeing the freedoms of social groups in their country without distinction of religion, is known to be an Alawite government, empowered in a Territory of Sunni majority, that has generated distrust and hard hand by the rulers of turn, like the repression to the «Muslim Brothers» (Sunnis) in 1982.

It is necessary to differentiate between the interests of the groups that are involved. The world powers’ reasons for keeping watch over that region is due to the idea of controlling the pivot zones in the Middle East. Hence the alliances existing since the post-colonial period, during the bipolar world and nowadays a world with three main axes of power; United States, Russia and China. The last one with greater positioning in its natural region: Asia and opening a gap in African regions little explored by hegemonic powers in the last century, while the other two focused on the Euro-Asian regions of world control.

Besides, there is an ideological conflict between regional powers, accentuated by the 1979 Islamic Revolution in Iran, and where the old quarrels between Shiites and Sunnis were reactivated, mainly against Saudi Arabia.

The third important element that plays in the regional conflict, are the strategic resources. For the hegemonic countries, they represent a goal for industry and the economy, for the regional powers, a tool to buy the will among powerful countries. In addition, for some power groups, the business of strategic resources enables them to continue to sponsor guerrilla wars as far as possible from their borders in «neutral» regions such as Syria, Iraq and Yemen.

The focus should not be solely on strategic resources. Analysis from a materialist perspective leaves aside an important number of elements that also play an essential role in the region, both geostrategic control, ideological differences and competition for strategic resources are all equally essential for understanding the deep roots of conflict.

Syria today, denotes the breakdown of the artificial order imposed in 1916. A country that has also been a focus of attention from the involvement of hegemonic powers and where, the current chaos could generate the creation of at least three independent regions fighting for their Own independence. It is possible, therefore, that an independent Kurdish state emerge in Syria in the Northeast; With significant oil fields, a Shia – Alawite region also leading other non – Islamic religious minorities in the country ‘s western regions and a Sunni region with access to the Mediterranean Sea. Although, the latter would be defined as bloody clashes of Sunni, Islamist and Pro Assad factions.

This is only the analysis of the Syrian conflict and possible future scenarios. The case of Iraq is similar, the importance of its rupture and the involvement of hegemonic power groups, both regional and global indicate the inscrutable possibility of a new geographic rearrangement of these states, as well as a power struggle to gain control of Important areas.

Once again, ethnic – religious and strategic realities (by resources and territories) will set the tone for the new definition of border boundaries and powers that arise in Iraq. The hand of hegemonic leaders, mainly the United States and Russia, will mark the way for a new version of the agreement in 1916, perhaps more in line with the reality «in situ», which will mean a population purge that could lead to further spills of blood in the area.

 

El bullying, otra raya más al tigre de la violencia en Costa Rica

Los liceístas (egresados del Liceo de Costa Rica) nos consideramos entre nosotros “hermanos”, hijos de diferentes padres, la mística que se aprende en una institución emblemática de la sociedad costarricense es un elemento innegable y aunque pasen los años, muchos al ver el uniforme gris portado por algún estudiante de las nuevas generaciones, nos arranca una sonrisa con orgullo.

Habrá quienes como yo, asumimos esa mística de un modo casi religioso, en especial aquellos que además de pertenecer a la institución, formamos parte de los procesos de disciplina de los cuerpos de marcha u otro movimiento que ayudaba a enraizar ese sentimiento de pertenencia al espíritu institucional, a como habrán otros ex compañeros que pasaron por la institución sin mayor apego.

Pero en cualquiera de las condiciones, hay una realidad de la que no escapamos en nuestra época de estudiantes y que no se remonta solo a nuestra generación, sino que es una circunstancia que trasciende en el tiempo, existe una presión social muy profunda y compleja en el entorno y la muerte de nuestro pequeño hermano Sebastián Díaz González, atropellado en esta semana por el tren, aparte de que la consideramos dolorosa nos lleva a hacer una introspección obligatoria.

Cuando era estudiante de secundaria, el “bullying” no existía… ¿Cómo? Se preguntará quien me esté leyendo, y con justa razón. Pero durante nuestra época de colegio el término “bullying” no existía como tal, no habían grandes despliegues de recursos como hoy para intentar evitar que el matonismo hiciera de las suyas y al igual que en la gran mayoría de instituciones de este país, si no lograbas pasar desapercibido en el ambiente, se debía formar parte rápidamente de un grupo en el que tuvieras cierta “protección” o respaldo, de lo contrario serías absorbido y agredido por el medio.

En algunas ocasiones y sin darse cuenta, podría ser uno mismo quien estuviera incurriendo en cierto nivel de matonismo contra algunos compañeros que por alguna condición particular se terminara transformando en víctimas, por considerarlos abajo en la cadena de poder.

Cada vez que hago esta introspección; que siento es más común desde que soy papá, caigo en razón que en nuestra generación la presión del entorno era muy grande y estoy seguro que en la actualidad donde las redes sociales empujan a los jóvenes a actuar de cierto modo de manera muy acelerada es mucho más complejo para poder determinar las señales de algo terrible que se pueda aproximar.

En nuestra época, habían compañeros que ciertamente la estarían pasando terrible ante el comportamiento de aquellos que ostentaban una posición de liderazgo y empoderamiento de modo negativo, imagino que en reiteradas ocasiones contaban las horas en sus casas, deseando que no llegara el siguiente día o que terminara el fin de semana para no tener que seguir viviendo un infierno de sufrimientos y desprecios por parte de personas que se supone deberían ser sus “iguales” en cuanto a la formación.

El matonismo en cualquier época se ha encargado de destruir de los sueños e ideales de jóvenes que como nosotros estaban buscando formarse para ser parte de la historia de Costa Rica y con mucho más orgullo siendo estudiantes del Liceo, cuna de grandes líderes nacionales. Y en nuestra realidad más inmediata, la presión del entorno se ha llevado consigo la vida de un joven y destrozado a una familia completa.

Más que culpar a una institución en específico; aunque tenga su cuota de responsabilidad sin duda, el fenómeno del matonismo es una enfermedad nacional, no es exclusivo del Liceo de Costa Rica, es un problema generalizado que sobre pasa hasta los roles de género, realmente el entorno que desarrollamos es el que finalmente impulsa o no este tipo de comportamientos.

Hay un trabajo integral que como sociedad debemos realizar desde hace décadas atrás. En los hogares prestando atención a nuestros hijos, sobrinos, nietos, etc. no solo en lo que hacen, sino en las relaciones como familia, saber cómo se sienten, dónde andan, qué les gusta o les molesta, con una completa apertura. Por su parte las instituciones educativas tienen una labor de combatir el matonismo desde la formación de los niños en etapa preescolar, pero respaldados con otras instituciones educar a los padres para que combatan el flagelo del bullying y el mobbing (acoso laboral), y el resto de la sociedad estamos obligados a formar a nuestros niños y jóvenes en ambientes donde sean influenciados por personas con principios creativos y no destructivos, intentar sacar de los espectros informativos a los “influencers” que enseñan antivalores y actos de estupidez integral, y también sacar todo aquello que no sea constructivo; narco novelas, música que promueva la misoginia y la discriminación.

Como diría Sebastián Damazzio, buen amigo y hermano liceísta también: “Que la muerte de Sebastián no sea en vano y sirva de punto de quiebre, que comience un proceso de cambio paulatino hacia una conciencia más humanista, hacia una cultura de respeto, hacia los principios puros del liceísmo, que es al final una hermandad” y yo agregaría que este punto de inflexión alcance a todos en el país, no solo al Liceo quien en esta ocasión fue el afectado directo, porque en realidad lo que ocurre es el reflejo de un problema endémico que sufre la sociedad costarricense.